Amor imposible
junio 19, 2015 - 3 minutos de lectura
Aunque mi pasión es escribir historias que relaten los sentimientos más oscuros y las emociones más inconcebibles del ser, a veces, bajo circunstancias excepcionales soy testigo de hechos banales y cotidianos que merecen ser contados. Así como aquella vez que una luciérnaga se enamoró frente a mis ojos. La historia, tal como la relaté ese mismo día va más o menos así:
Buenas noches. Verán, trato de escribir algo bajo una sábana con la tenue luz de una linterna, pero no sé qué quiero escribir. Dado que la noche está en su cumbre, la oscuridad me rodea, siendo mi linterna el único punto luminoso visible, y una luciérnaga — notablemente desubicada por cierto — se ha colado bajo mi sábana y la persigue sin tregua. ¿La estará confundiendo con una de las suyas? Posiblemente. Intenté correrla, pero no hay caso, siempre vuelve, y siempre se une a la linterna; parece haberse enamorado. Finalmente la dejé quedarse ahí, dado que me dio por fin una idea para escribir: Los amores reales pero imposibles, como el de una luciérnaga por una linterna. Eso sí, lo escribiré luego, por el momento no quiero molestar ese amor que acaba de nacer. Dejaré la linterna quieta y encendida para que la luciérnaga pueda disfrutar su noche de amor mientras yo duermo. Espero que mañana, al despertar, ella haya entendido lo imposible de su amor, o más triste aun, la batería de la linterna se haya agotado rompiéndole el corazón a su amada.
La foto que acompaña este artículo fue compartida por Tony Phan en Unsplash.